lunes, 30 de marzo de 2015

Campeche desde lo alto


Quién fuera águila para ver desde el cielo tus imponentes murallas, 
¡Oh Campeche!, tierra de hombres y mujeres que se vuelcan anfitriones 
con el visitante que viene a admirar el colorido de tus calles, 
lo apacible de tus plazas y la hermosura de tu mar…



 En esta Semana Santa 2015, el ver nuestra hermosa Ciudad Capital  será posible para propios y extraños ya que desde este domingo 29 de marzo y hasta el 12 de abril de 2015, la Catedral de Campeche abrirá sus puertas para hacer recorridos por las Torres de Catedral que permitirá a los campechanos y turistas tomar fotografías desde lo más alto de la ciudad bajo el lema “La Quinta Fachada de la Catedral”.

Los recorridos se realizarán cada media hora: por las mañanas de las 9:00 hrs a las 12:30 hrs.; por las tardes de las 16:00 a las 19:30 horas. El punto de encuentro será en la oficina de la Catedral que está a la izquierda de la entrada principal.

El costo por los recorridos es una cuota voluntaria para los trabajos de mantenimiento de la Catedral.

¡Pasa la voz!
#Campechepanoramica, #Campechecapitaldesdeloalto, #Laquintadachadadelacatedral.

viernes, 27 de marzo de 2015

Fiesta en el Mar


Suenan caracolas,
flautas de coral,
tocan los tambores,
pulpo y calamar.

Baila que te baila
en suave compás,
hay una estrellita
que brilla en el mar.

Mueve su ancha enagua
de blanco cancán
y a todos convida
con ella a bailar.

Se fugó del cielo
en noche de San Juan
sin que se enterara
Don Sol, su papá,

pues, cuando se entere,
¡ya ustedes verán!,
que en la madrugada
la vendrá a buscar.

Andrés Díaz Marrero


FUENTE:  www.doslourdes.net

jueves, 26 de marzo de 2015

Canción para Ayotzinapa


A seis meses de la tregedia de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero, 
aquí publicamos esta colaboración Miguel Casillas que nos deja si sentir en este poema.

 

Tan solo por querer un  futuro mejor,
tan solo por decirle al gobierno traidor.
Por eso nos detienen, por eso nos levantan,
nos desaparecen y nos llenan de balas.

Esto es México: país soberano,
fue constituido para liberarnos.
Tenemos libertad, tenemos corazón
de rechazar los actos del gobierno de hoy.

Esto atravesó muchos corazones
Muchos desaparecen
y no están en panteones

Hay madres llorando
¿Qué es lo que está pasando?
El narcogobierno nos está controlando.
Parece que esto es una movie de terror,
pero es la realidad que ya nos rebasó.

Y muchos países viven lo mismo hoy:
viven en la guerra, viven en la opresión.
Así que ya es tiempo de que levantemos la voz.

¿Qué es lo que hicieron esos estudiantes?
¡La neta se pasaron, no eran traficantes!
Señor Presidente si no puede con el paquete
Váyase a otro lado, con todo y sus ojetes.

Le vale más llenarse de varo
que ver por nuestro país que se está acabando,
que se está consumiendo, que se está esfumando.
Así como le vendió el petróleo al gabacho
así le vende nuestras vidas al narco.

Miguel Casillas Carrillo 

miércoles, 25 de marzo de 2015

La Esquina del Perro (Leyenda Campechana)


Don Tristán de Villanueva era un hereje redomado. Descendiente de una familia de marranos que vino a la Nueva España en el siglo XVl, había conservado de sus antepasados el desprecio por la religión, especialmente por la católica y se preciaba de ateo y libre pensador.

Don Tristán habitaba en su quinta Campeche Extramuros, en unión de su esposa Eugenia y su hija Ofelia, de 3 años de edad, único fruto de su matrimonio. Era tal fobia que alimentaba Villanueva contra la iglesia que, a pesar de la piedad de su mujer, se había negado a permitir que la pequeña recibiera las aguas del bautismo.
Ofelia, no obstante sus tres años, era una chica precoz, lo que complacía a sus padres y a todos aquellos que la trataban. La inteligencia de la niña se manifestaba en los vínculos que, en razón de su corta edad había establecido con Marqués, un perrazo de aspecto feroz con el que ella dialogaba seriamente acerca de los problemas de su mundo.
En cierta ocasión, cuando ya avanzada la noche, dormían los moradores de la quinta, los esposos fueron despertados por los furiosos ladridos de Marqués, Don Tristán, temiendo que algún malhechor hubiese entrado en el predio, salió armado en busca del bandido; pero sólo descubrió al perro, que, ya menos enardecido, ladraba hacia una figura en forma de cuadrúpedo que se perdió en el monte aledaño, y de lo cual dedujo el hombre que el escándalo lo había causado la presencia de otro perro.
Pero una de aquellas noches ocurrió algo increíble.

Había transcurrido parte de la noche cuando Don Tristán, gracias a ese sentido misterioso que actúa en el individuo en casos de peligro mortal, se incorporó de su lecho. Al momento empezó a escuchar los ladridos de Marqués. Sin embargo, ahora creyó oír, además de los aullidos del animal, rugidos emitidos por alguna fiera. Y, cuando fue capaz de coordinar sus ideas, Villanueva se dio cuenta de que tanto los ladridos como los rugidos resonaban en el interior de la mansión, y que provenían de la habitación de Ofelia.

El cuadro que vieron los padres de la niña era para helar la sangre en las venas. En medio de la pieza, Marqués atacaba a dentelladas a una bestia monstruosa, de figura indescriptible, cuyos ojos llenos de maldad brillaban como carbones encendidos. El espantoso ente chorreaba sangre de producida por las mordeduras que el perro le infería; y aunque a cada ataque Marqués recibía una fuerte manotada que le estrellaba contra el suelo y los muros del cuarto, poseído de un vigor sobrenatural no cesaba de amargar el maligno engendro con renovada furia.

La enloquecida mujer sólo acertó al exclamar: ¡Dios mío!, y se desvaneció.

Las palabras pronunciadas por Eugenia tuvieron un efecto mágico. Al oírlas, la bestia, a la que continuaba acosando el perrazo, retrocedió, en su horrible rostro reflejóse un miedo cerval, y huyó del lugar.

Huelga añadir que, pasados los acontecimientos, Don Tristán cambió radicalmente su comportamiento y su postura recalcitrante y atea.

Solo hubo que lamentar la muerte del valeroso perro, que no pudo sobreponerse a las consecuencias de las heridas que asimiló en el combate sostenido con el monstruo. Y Don Tristán, para perpetuar la memoria del defensor de su hija, mandó a construir sobre la azotea de su residencia la efigie en la piedra de Marqués en actitud vigilante; y es la misma que se admira en el tejado de la casa que ocupa el sitio hoy conocido como la Esquina del Perro.

La figura vigilante del can que se menciona en esta leyenda y que fuese construida en una de las esquinas de la casa, fue destruida. En realidad de la casa poseía tres efigies: una con la figura de un perro en actitud vigilante, otra parada en "cuatro patas" y otra más, en actitud dócil mirando hacia el frente. Esta última fue llevada a la ciudad de Mérida, como un recuerdo, por Don Víctor Manuel Moreno Aguilar, pariente de la antigua dueña de la Casa. 

Alvar Eduardo Ortíz Azar

TOMADA DEL BLOG:  http://esquinadelperro.blogspot.mx/

martes, 24 de marzo de 2015

La Llegada del Cristo Negro de San Román (Leyenda Campechana)


Como cada septiembre, el pueblo de Campeche se prepara para recordar que la fe siempre saldrá a flote.
Esta es la ofrenda a nuestro Cristo Negro, Señor de San Román, celebración que entre flores, procesiones y  baile pasea el Padre de los Mares.


Sin duda una de las historias más bellas del estado es la que relata la llegada del patrono de la ciudad: 
el Cristo Negro. Ésta es la historia:

Debido a que en los campos y la ciudad amurallada se había padecido una plaga de langosta, se echaron suertes para pedir auxilio Divino e invocar al santo cuyo nombre saliese de acuerdo al calendario, y como Campeche era un puerto marítimo y pesquero, los vecinos quisieron tener un templo consagrado a San Román Mártir, patrono de los marineros. Sin embargo faltaba un crucifijo, por lo que encargaron a un comerciante español llamado Juan Cano de Coca y Gaitán, la encomienda, ya que éste se dirigía hacia el centro de la Nueva España. Pero fue en el puerto de Alvarado Veracruz donde encontró lo que le habían encargado: una hermosa imagen del Cristo de los Venenos.

Sin embargo, el comerciante no encontró un barco que trajese a la imagen. Solicitó a un marinero inglés que lo trasladase a él y al Cristo a Campeche, pero el capitán al enterarse del cargamento que llevaba el comerciante, no quiso traerlo a la ciudad. Poco después se encontró un barco que partía a Campeche, cuyo capitán era un español muy religioso y que ofreció trasladar al Cristo sin el menor costo. Ordenó colocar la caja donde estaba el crucifijo en una habitación especial, y se amarró con cadenas para evitar que se moviese.
La nave salió de Veracruz en la madrugada del 13 de septiembre de 1565, el mismo día que partió el barco inglés que se negó a traer el crucifijo. En la noche se desató una tempestad y, según versiones de los navegantes: "un hombre a quien no habían visto logró controlar la nave y salvar la vida al timonel". Sin luces y con un mástil deshecho, era casi imposible la visibilidad, pero para sorpresa de los marinos, cerca del amanecer vislumbraron las luces de un puerto: el puerto de San Francisco de Campeche.

Al llegar a la orilla y desembarcar, fueron recibidos gloriosamente por los vecinos, y cuando preguntaron por la fecha, descubrieron que era un 14 de septiembre de 1565, ¡Habían llegado a Campeche en menos de 24 horas!, cosa inédita hasta entonces y menos en medio de una tempestad. Al buscar al hombre que había salvado la nave, no encontraron a ningún marino con las características que señaló el timonel, pero al sacar la caja del Cristo, descubrieron que increíblemente ni la caja ni la cruz estaban mojadas a pesar de que eran de madera, más sin embargo ¡la imagen del Cristo y su túnica blanca sí lo estaban! El barco que se negó a traer al Cristo nunca llegó al puerto de Campeche ni a ningún otro puerto de México y se le dio por perdido.

Hasta ahora, los limpios de pecado pueden escuchar los gritos de angustia de aquella embarcación cada madrugada del 14 de septiembre. 


lunes, 23 de marzo de 2015

Diez















Diez pensamientos oscilantes,
diez ideas imposibles,
diez latidos acelerados,
diez besos delirantes,
diez abrazos que te buscan,
diez suspiros viajeros
                   que flotan en tus pensamientos
     por diez días de ausencia
por diez días sin ti.

Ya te extraño...

miércoles, 18 de marzo de 2015

Poesía a la Expropiación Petrolera




En el subsuelo bendito
de la linda tierra mía,
ha brotado un arroyito
valioso en economía.

Cuántos paísesquisieran
esta riqueza infinita,
en las costas proliferan
muy cerca de la arenita.

Es el petróleo divino
que regaló el dictador,
a pueblos como el vecino
un ratero y hambreador.

Fueron gringos y holandeses
alemanes y otros más,
se enriquecieron con creces
con el petróleo y el gas.

No les cobraban impuestos
eran personas de honor
con los nuestros deshonestos,
con los suyos lo mejor.

En mi Patria Mexicana
brota como una canción,
Don Lázaro lo reclama:
ordena su expropiación.

Este dieciocho de marzo
con orgullo y alegría;
¡Soy acero, no soy cuarzo!
¡Que viva la Patria mía!

 Juan Gil Montiel

martes, 17 de marzo de 2015

Atardecer Campechano

FOTO:  http://tusamigosenmexico.tumblr.com/post/30041891537/campeche


Campeche es un atardecer en llamas
Que no enciende…
Que se lleva mi mirada en embeleso
Que se pierde…
Mientras la brisa con un discreto beso
Que no ofende…
Acaricia, el cabello de las damas.

A la misma hora, baja en lontananza
Como siempre…
El sol, pues ya es hora de tomar su baño
Que merece…
El no miente, mas todo es un engaño
Que decrece…
Solo ha ido a darles a otros, esperanza.

El cielo se está tornando obscuro
Invitando…
A las luces que encienden, cual cocuyos
meditando…
Y se escuchan mil voces y murmullos
suspirando…
es el latir del corazón, del campechano puro

                                                    
Eric Lenin Camejo Ocaña


 TOMADO DE:  http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-140490

jueves, 12 de marzo de 2015

10 Haikus Alados




1.
Blancos pañuelos,
cuatro gaviotas dicen
adiós al cielo.

2.
A ver la aurora,
por la escala del canto
sube la alondra.

3.
A ras del suelo,
las palomas aplauden
y alzan el vuelo.

4.
La golondrina
deja caer al agua
su sombra fina.

5.
Quillas al viento,
zarpan los alcatraces
del viejo puerto.

6.
Desde su jaula,
el sinsonte sin aire
su pena canta.

7.
El colibrí
de salto en salto irisa
todo el jardín.

8.
De nieve y nácar,
por el azul intacto
huye una garza.

9.
Dentro del bosque
Afinan sus dulzainas
los ruiseñores.

10.
La tortolita
a mi ventana llega
desde la Umbría.


MEIRA DELMAR

miércoles, 11 de marzo de 2015

Breverías de amor


Le diré al pensamiento que se duerma,
y un sueño en blanco regirá mi mente.
No quiero que tu imagen se presente
y mate mi alma, que de tí esta enferma. 

Francisco Álvarez Hidalgo

TOMADO DEL BLOG:  http://poesiadelmomento.com/breverias/80.html

lunes, 9 de marzo de 2015

Sopa de letras





En un juego de letras la A: presumía ser la primera
En tono fantoche le dice a sus compañeras
“Soy la que más está en boca de todos
y la más bonita y la más experta”

Todas la escuchaban y comentaban de ella
I griega le dice a la Zeta
“Oye te la está tirando a ti”
en tono retante, tratando la metiche
de meterla en problemas y una lección darle.

En del último rincón se escucha una voz
“Oye blasfema, ¿porqué me humillas?
¿por qué soy la última?”,  dice la Zeta
Todas las letras miraban atentas…
“Pues para ti no era, pero sí, soy la primera”

La Hache apurada comenta “amigas no peleen,
todas las letras somos iguales”
La A le dice:  “Cállate tú, eres muda
Y de ahí no sales”

Se armó la trifulca, el abecedario era un caos:
La Eme lloraba, la Ele por Dios clamaba
Doble U miraba agüitada,
pero I griega reía y se burlaba.

“Calma calma, vamos a arreglar esto
y vamos a aclararlo”
Era la Q en un tono de mando.

“A ver, a ver, a ver… yo con la A no me llevo
pero todas somos iguales y merecemos respeto;
nos usan para enseñar
 y algunas somos difíciles de pronunciar,
y nos juntan a diario,
así que A creída, ¿por qué estás peleando?”

“Es que yo soy derechita
y parezco casita
y soy la que más dictan”
“¿Ah sí creída?” dice la Equis
“Ya párale a tu carro si sabes lo que está pasando”

“Tenías que ser tú” dice la A
“la más espantosa de todas
y la de tono alrevesado”
“pues seré la más fea y tú la más bella
pero pa’ qué tanto escándalo
si somos una sopa de letras
y nos comerán enteras”.


MIGUEL CASILLAS CARRILLO












jueves, 5 de marzo de 2015

Detrás de la máscara

Las máscaras de jade levantan un velo sobre la cosmogonía misteriosa 
de la cultura maya. Representan los rostros de la divinidad…


 

MÁSCARA funeraria y orejera. Calakmul, Campeche. Cultura maya.




Aquí estoy con la máscara cubriendo el rostro
para no espantarte, para que no salgas corriendo

¡cuán débiles son las carnes desgarradas,
como seda atrapada en espinos blancos!
Y sus hilos trémulos,
y la humedad de los ojos, buscan con ansias tu imagen,
y me aferro para no caer en el vacío, en el lóbrego agujero
que succiona mi esqueleto

y siento frío
y desespero
y la soledad corroe los pensamientos,
y la tristeza, ¡sí!, la tristeza adherida al aliento
empaña el espejo donde veo al espectro

las pesadillas asoman, el temblor acaricia los dedos

el viento viene a jugar
con el fantasma de los cabellos, jirones del alma
vuelan esquizofrénicos, vuelan y se retuercen: culebras
intoxicadas con su propio veneno
  
¿dónde están los cabos sueltos?

agitado el pecho convulsiona
y  lágrimas bañan el rostro
inundan los ojos que te buscan en el firmamento ficticio

una voz sofocada grita desde el interior
y las manos aladas tapan la boca
—es la conciencia que emerge de su grieta—
y exasperada clama:

¿sabes lo que es ser mujer y no poder serlo?

y la lucha infernal comienza
y la lucha terrenal no acaba

no reconozco lo que muestra el espejo
esos ojos hundidos, mustio el semblante,
la palidez de la muerte
y su alarido
y de pronto el corazón salta, en el cuerpo de otro,
y te leo de nuevo, te siento cercano,
eres el único que despavorido no huye,
el único que conoce la locura palmo a palmo

la luz apagada de los ojos te mira
y del corazón brotan pétalos negros
como la noche cubre con su manto la vida

la sombra luminosa del abrazo sale a tu encuentro
y quedo ahí fundida con el eco silencioso de tus palabras
con el arrullo mudo de un no se qué
que espero.


Ruth Ana López Calderón